Un aplauso para Mercedes Sosa


Las notas, como muchas cosas de la vida, con el tiempo suelen tener otra dimensión. Es así como recurrí al archivo para rescatar la grabación de una entrevista que tuve la oportunidad de realizar con Mercedes Sosa hace unos años, y subrayé algunas frases que ahora cobran un enorme sentido.
La ocasión era su visita a Mar del Plata para presentar su disco “Corazón libre” en el estadio Polideportivo, por lo que en su momento, la idea era destacar lo que hablaba sobre su disco y su próximo recital. “Yo nací para cantar” fue el título de la nota. La charla fue muy cálida, y por momentos parecía que estaba hablando con alguna tía “macanuda”.
¿Hace unos días estuvo por Punta del Este, verdad?, le pregunté. “Si. ¡Hacía un frío! ¡Un viento! El viento de Punta del Este es tremendo. Pobrecita la gente que se va de vacaciones ahí…”, me confesó.
Por esos días, había cantado en la Plaza Independencia, en Tucumán, y recordó, sobre el final con emoción en sus palabras: “Fue maravilloso. Desde 1999 que yo no iba a cantar allá. Fue cuando me dieron el premio Honoris Causa en la Universidad de Tucumán. En esa oportunidad estaba mi madre. Fue la última vez que ella me vio cantando y yo la vi. a ella en el público. Esta vuelta, ya no la pude ver”.
Mercedes había vuelto a grabar y a hacer recitales luego de un tiempo en el que estuvo alejada por problemas de salud. Es por eso que le pregunté.
- Hay un tema de Teresa Parodi que usted grabó que se llama “La canción es urgente” ¿Eso es lo que sentía por volver a los escenarios?
“No, no, no. Cuando estoy enferma, estoy enferma. Miraba mucha televisión. Me enganché con un teleteatro chileno, “Los Machos”. Me gustaba, porque como no me podía mover, ni viajar, viajaba por Chile al verlo. No tenía ningunas ganas de estar en un escenario. Cuando ya me mejoré, empecé a traer a mis profesores al estudio, y después los músicos. Lo primero fue cantar en la Casa de Gobierno, donde me probé. Canté con el corset, que es una cosa muy tremenda, porque no se puede respirar bien”.
En otra parte de la nota, me acordé que cuando era muy chico, mis padres me llevaron a ver a Mercedes Sosa, y en ese momento me había llamado la atención el tema de la percusión, el bombo. Quien se ocupaba de esos instrumentos era Domingo Cura, que había fallecido hace poco. Le comenté la anécdota y me dijo: “es la vida. Todos tenemos esta partida. Hemos nacido para morir. Nadie nace para semilla. Nacimos para morir. Unos mueren antes, otros después. Mi madre murió a los 89 años. Me dejó peor que si hubiera fallecido jovencita, porque uno se acostumbra más a los padres”.
-¿Siente que logró todo lo que quería en la vida?
“Yo no quería tanto. Tantos discos, tantos libros, tantos honores, tantos premios. Yo fui hecha para cantar. Nací para cantar, no para que me den premios. El mejor premio para mi es el aplauso del público. Ese es el mejor premio”.

Un sentido recuerdo, y sobre todo, un gran aplauso para Mercedes Sosa.

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