Madonna y su pegajoso tour en la Argentina

El 6 de diciembre fue el día que se anunciaba hace unos meses como el “único” recital de Madonna en Argentina. Las entradas volaron, y se transformaron en cuatro shows: 3,4, 6 y 7. Pero, cuando tuvo que atrasarse el primero porque no llegó a tiempo el vestuario y los equipos, el recital del 6 pasó al 8 y se transformó en el último.
Por lo tanto, el día de la Virgen, la diva se dio el lujo de cantar “Like a virgin”. Una reflexión, nomás para arrancar.
A las 20 horas Paul Oakenfold tuvo la nunca fácil tarea de ser el grupo soporte, pero salió más que airoso. Fue un set de casi una hora en el que combinó hits actuales con clásicos remixados como “Sweet dreams” (Eurythmics), “With or without you” (U2), y hasta algo de los Red Hot Chilli Peppers. Todos muy festejados y Paul se fue contento.
21:45 empezaron los shows anteriores en River de la Reina del Pop (no le voy a decir “Chica Material” porque es el apodo que ella más odia), pero este tuvo una particularidad: 5 minutos antes, lluvia. Y no hablo de “Rain”, tema de Madonna con el recordado video en el que aparecía un modelo argentino que tuvo sus 5 min de fama. No, sino de lluvia. El escenario se pobló de personas que aparecieron con toallas blancas para secarlo, otros que tapaban los equipos con lonas. Media hora de silvidos y expectativas. ¿Se hace o no se hace?
22:15 se apagaron las luces y arrancó el “Sticky & sweety Tour”. Empezaron a salir pantallas casi de la nada que se movían por el escenario y proyectaban imágenes que me recordaban a “Charlie y la fábrica de chocolate”, con Johnny Depp.
Creo que la lluvia fue desapareciendo, pero la atención que requería semejante show hizo que todos nos olvidáramos de lo empapados que estábamos minutos atrás, de las horas de espera, del calor, del viaje (en mi caso), del hambre y sueño (también mi caso).
Cuando se ven shows como estos en DVD uno piensa en que existe una edición posterior y que el recital en sí “no pudo haber sido tan perfecto”.
Pero por momentos, me sentí viendo un DVD, con un plano general perfecto, que cuando quería pasar a primer plano, veía la pantalla.
La sincronización de la banda, las luces, las (decenas y de todas las formas!) pantallas, es impecable, al igual que el armado de los diferentes climas y bloques.
El despliegue de la Ciccone es sorprendente. Siempre nos ha tenido acostumbrados a sus coreografías, pero en esta gira en especial canta y salta (si, salta, durante toda una canción se la pasa saltando en la soga, y no es su hija Lourdes, ES ELLA) como nunca.
Es por ello que en los temas movidos casi no se la escucha, pero si a sus coristas que calcan su voz a la perfección. Talvez es demasiado notoria esa diferencia, pero cuando tiene que cantar, a cappella (“Like a virgin” a pedido de un fanático) o acompañada de una guitarra eléctrica (“You must love me” y “Dont cry for me Argentina”), lo hace, y muy bien. Igualmente, como me dijo una amiga “se le perdona todo”, hasta que haga una versión punk de “Boderline” (no pegaba…) y el peor tema del nuevo disco “Spanish lesson” (con la coreo, zafa, pero noooo es buena esa canción!)
Es difícil destacar una canción, pero si hay un momento sorprendente es el de la balada “Devil Wouldn’t Recognise You”. Madonna apareció cantando sobre un piano que giraba, mientras la rodeaba una pantalla circular que proyectaba imágenes de lluvia. Imposible explicarlo, HAY QUE VERLO.
La fusión de “La isla bonita” con la polka “Doli, Doli” es una fiesta, sumada a la participación de bailarines y músicos rumanos. “Like a prayer” es energía pura, el nuevo “She´s not me” es de lo más funk y cool que ha hecho Madonna y no podía dejar de engancharse con “Music”.
Me podría ir en detalle, pero esto se haría muuuy largo.
Allá por 1993, cuando ví el “Girlie Show” recuerdo haber dicho: “fue lo mejor que he visto”. Quince años después, repito la misma frase.