Carmen Barbieri levantó el telón de "Barbierísima" anoche en el Teatro Atlas. En su cuarta temporada consecutiva protagonizando una revista, la artista refleja su actualidad personal en la obra. Su mediática separación de Santiago hizo que su ex marido esta vez se bajara del escenario y sólo se ocupara del libro y la dirección. Y así como en psicología retratan la primera etapa del duelo de una pareja como la de la "negación", de esta manera se podría definir la relación laboral que los une. La revista ya estaba escrita y armada y la opción era seguir, modificándola a la actualidad, o cambiarla completamente, sin la intervención de Bal en ninguno de los aspectos. Esto último, es lo que posiblemente pase con el futuro trabajo de Carmen: la independencia, junto con la superación de su duelo como esposa.
En el caso de Barbierísima, las referencias a su separación, en tono de humor, son constantes, en especial durante las interacciones de Carmen con German Krauss y, mucho más aún, con su otro ex- Beto César.
El resto de la obra, conserva el formato del género que venía explotando Barbieri en sus anteriores producciones, con la inclusión de diversos cuadros musicales, y su infaltable homenaje a la Revista Porteña, en este caso, a cargo de una de las figuras invitadas: Zulma Faiad.
Otra de las particularidades del espectáculo es la inclusión de dos periodistas de espectáculos, como Daniel Ambrosino y Rodrigo Lussich; y el cierre musical plagado de nostalgia a cargo de Donald, Juan Marcelo y Rubén Matos.
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