La escritora
Claudia Pineiro, autora de “La viuda de los jueves”, pasó por el Festival
Azabache que culminó este fin de semana y participó de varias actividades y
además de presentar su último libro “Un comunista en calzoncillos”. En una
charla moderada por la periodista Paola Galano, Piñeiro abordó en detalle su
última novela, el modo en que se reencontró con su pasado al momento de
escribirla y luego abrió un interesante diálogo con el público.
“Me encanta
como describe los detalles; es muy clara cuando habla”, dijo Marcela, una de
las espectadoras que participó de la charla. Verborrágica, Piñeiro no ahorró
detalles en cómo fue el proceso de escritura de su nueva novela a la vez que
trazó un paralelismo entre el momento en que se desarrolla (1975-1976) y la
actualidad.
“Desde su
escritura y lo que cuenta, "Un comunista en calzoncillos" tiene que
ver con la memoria y como ésta se arma colectivamente”, resumió Piñeiro y
afirmó: “de la memoria hay que hablar siempre, cuando nos olvidamos de hacerlo
como sociedad es un problema”.
Precisamente
este es un tema recurrente en su último libro, dado que trata los recuerdos y
como éstos se entrecruzan y actualizan. Allí Piñeiro repasa parte de su
infancia y la relación con su padre, pero también el retrato de una época, una
clase y un país. La realidad política en Argentina, que hasta el momento
llegaba asordinada a las casas y al horizonte infantil, irrumpe en forma de
censura, secretos y sospechas.
El relato se
suscita casi de manera autobiográfica planteándose ¿qué se puede decir? y ¿qué
se debe callar? “En todos los personajes hay algo de uno porque es una forma de
hacer una empatía con ellos, incluso en aquellos que son malvados”, comentó la
autora y reveló que “mucho del por qué somos escritores está en la relación con
nuestros padres”.
Este libro
está dedicado a su hermano “porque seguramente él recuerde cosas diferentes a
las mías y hasta puede estar en desacuerdo con cómo digo que sucedieron.
Siempre un recuerdo tiene algo de ficción porque es una construcción. Uno arma
la historia de su vida que puede soportar”.
Una
particularidad del modo de escritura que Piñeiro utilizó en este último libro
son las “Cajas Chinas”. Estas funcionan como llamadas que se corren de la
primera parte de la novela y aportan, con otro tono o un punto de vista
diferente, una mirada más adulta o incluso periodística del tema.
Teniendo en
cuenta el período en el que transcurren los recuerdos, la escritora aclaró:
“esta no es una novela sobre la dictadura, sino la historia de una chica que no
puede contar lo que su padre le dice porque todos los demás tienen una mirada
diferente, y qué le sucede a ella con esa situación”.